La decisión enfureció a los legisladores que consideraban que el Pentágono debía elegir un fabricante estadounidense. Pero el Departamento de Defensa mantuvo el rumbo, afirmando que los helicópteros rusos eran relativamente baratos, funcionaban bien en las extensiones desérticas y las grandes altitudes de Afganistán, y los pilotos afganos sabían cómo pilotarlos.
Tags:
Internacionales
